Extraído de publicacionrefractario
El lunes 6 de Agosto los compañeros Marcelo Villarroel, Juan Aliste y
Freddy Fuentevilla, todos secuestrados en el C.A.S, comienzan la
“preparacion de juicio oral”. Recordemos que esta “instancia” jurídica
es la antesala al juicio oral y se basa en revisar las pruebas tanto de
la fiscalía como de la defensa, según ha trascendido por la prensa del
régimen se logro excluir los testimonios de la familia del fallecido
policía abatido luego del asalto. Lo que al parecer pretendía la
fiscalía era generar un clima emotivo similar a una teleserie con las
declaraciones de la viuda y las hijas del policía.
Estas audiencias de preparación de juicio oral son publicas, por lo que pueden asistir distintos compañeros.
!Recordemos: Ningún prisionero revolucionario esta solo!
A continuación un interesante y recomendable texto leido durante el ultimo foro en solidaridad con los acusados.
CUANDO SE JUZGA LA HISTORICIDAD EL PROBLEMA DEJA DE SER JURÍDICO.
A Carla e Iván.
Profesora y estudiante de historia
secuestrados desde hace 4 meses.
Mi corazón está en ustedes.
AD ASTRA PER ASPERA
Profesora y estudiante de historia
secuestrados desde hace 4 meses.
Mi corazón está en ustedes.
AD ASTRA PER ASPERA
Hace siete meses, a comienzos de este año, realizó el “Pikete Jurídico”
un foro sugerentemente titulado “Persecución Política y Sociedad
Carcelaria” que se realizó en otro auditorio de la Universidad de Chile,
llegaron bastantes personas: compañeros, solidarios, familiares,
estudiantes o simples interesados, y de seguro también había más de
algún indeseable de oscuros propósitos. Todos ellos reunidos para
conversar en torno a lo que Luisa llamó ese mismo día una historia tan
terrible.
Esa tarde se conversó en torno a cómo se
había trazado la línea divisoria de la represión y la cultura rebelde en
el Chile de los últimos 30 años.
Tarea difícil.
Tarea difícil.
Sobre todo, porque la carga trágica está
dada por esa relación inseparable del ethos de los rebeldes con la
represión. No existe rebelde que no haya sido reprimido en la historia.
Los positivistas podrían decir que eso es casi una ley general. Yo, que
no soy positivista, me atrevo a decir que es una realidad irrenunciable,
es decir, todo rebelde sabe que delante o detrás suyo hay una fronda
represiva que va tras de sí.
Pero la represión no es sólo un acto, no es sólo un gesto, alguien
dijo por ahí, que es una razón, una “Razón de Estado”, un logos.
Represión y Estado son elementos inseparables, como lo son igualmente el
Estado y el Capital. Se necesitan, se procrean, se sustentan el uno al
otro. En consecuencia, la sombra que persigue a los rebeldes es la que
proyectada en forma represión genera la máquina del Estado/Capital. Por
tanto, lo que define aquí a ese ethos que no se puede separar de la
máquina, no es en ningún caso un tipo benévolo del pathos, sino todo lo
contrario, es una antipatía, una enemistad profunda. Podríamos decir
entonces, que no hay rebelde en el mundo que no sea enemigo de la
máquina que lo persigue.
Los rebeldes son, ante todo, enemigos del
presente, y de la realidad que los cobija, o en estricto rigor, que los
encierra. Y en esto no hay puntos medios, no se puede ser rebelde a
medias, o se es o no se es.
En verdad, muchas veces lo que ocurre es que en el camino del no ser pero aparentar serlo lo que termina resultando es una proyección. La proyección de la rebeldía es lo más común, la manifestación de una estética y la negación de un fondo. Pero lo que hace la diferencia es que en este lenguaje, la responsabilidad de quienes son enemigos del presente no se define penal ni estéticamente, sino más bien, históricamente. Por eso, quienes simplemente se expresan como proyección son incapaces de asumir la responsabilidad histórica de sus actos, y se escudan en conceptos jurídicos, como debidos procesos, montajes, respeto a los derechos humanos, y un largo etcétera jurisprudencial.
En verdad, muchas veces lo que ocurre es que en el camino del no ser pero aparentar serlo lo que termina resultando es una proyección. La proyección de la rebeldía es lo más común, la manifestación de una estética y la negación de un fondo. Pero lo que hace la diferencia es que en este lenguaje, la responsabilidad de quienes son enemigos del presente no se define penal ni estéticamente, sino más bien, históricamente. Por eso, quienes simplemente se expresan como proyección son incapaces de asumir la responsabilidad histórica de sus actos, y se escudan en conceptos jurídicos, como debidos procesos, montajes, respeto a los derechos humanos, y un largo etcétera jurisprudencial.
Pero la responsabilidad histórica, que no
es la que se asume en un tribunal penal, que es parte de la misma
máquina Estado/Capital, sino que se asume como perspectiva de vida, está
expresada en lo factual, porque es acción en si misma. Hablan los
historiadores y los entendidos en las materias teóricas de la historia,
que lo que diferencia a la historia de cualquier otra área del
conocimiento, es que ella se ocupa condensar narrativamente una
estricta cualidad subjetiva del ser, que define al sujeto, y que han
llamado historicidad.
La historicidad no es otra cosa que la
propia carga histórica que cada sujeto deja caer sobre los hombros de
su pensamiento y que con el fluir de sus ideas convierte en hechos. La
historicidad es acción. Los rebeldes son fuentes infinitas de
historicidad, están hechos de ella. Es su fibra más íntima, la que los
hace doblegar las diferencias y saberse pares a pesar de los matices. La
historicidad de Juan, de Marcelo y de Freddy es su propia historia,
pero si tuviéramos que mostrar un botón de ella en este preciso
momento, tan sólo les pediría que salieran a las afueras de la sala en
que se encuentran y lean en los paneles que de seguro habrán colgados
por allí las palabras de los compañeros, sus comunicados, sus
narraciones. ¿Qué les llama la atención más allá de la intensidad de su
narrativa? Vayan abajo, vean sus nombres, fíjense detenidamente en cómo
se sustantivizan.
JUAN ALISTE VEGA – PRISIONERO SUBVERSIVO
MARCELO VILLARROEL – PRISIONERO LIBERTARIO
FREDDY FUENTEVILLA – PRISIONERO MIRISTA
MARCELO VILLARROEL – PRISIONERO LIBERTARIO
FREDDY FUENTEVILLA – PRISIONERO MIRISTA
¿Qué es eso de ser mirista, libertario y subversivo cuando se tienen
décadas de cárcel en el cuerpo, años de clandestinidad en la sangre, y
miles de lunas en el recuerdo de los que ya no están porque emprendieron
a empujones su viaje a las estrellas? ¿Qué es eso de ser libertario,
subversivo y mirista cuando llevamos 22 años de democracia y el país
marca las mejores cifras de estabilidad política-económica de toda su
historia?
¿Qué acaso eso no es otra cosa que la historicidad de los rebeldes?
Pues sí, creo que eso es. Que cada una de esas palabritas significa un esfuerzo inmenso por condensar una vida de enemistad, una vida de combate, una responsabilidad con la historia, puesto que es recién desde aquí el lugar de dónde podríamos comenzar a comprender estos sucesos. Porque esta aceptación, que a nosotros nos cuesta tanto asumir, para el Poder no es tan difícil.
Pues sí, creo que eso es. Que cada una de esas palabritas significa un esfuerzo inmenso por condensar una vida de enemistad, una vida de combate, una responsabilidad con la historia, puesto que es recién desde aquí el lugar de dónde podríamos comenzar a comprender estos sucesos. Porque esta aceptación, que a nosotros nos cuesta tanto asumir, para el Poder no es tan difícil.
Y Juan, Marcelo y Freddy, no serán
condenados por sus actos punibles, sino más bien por su inmensa
historicidad, por enfrentarse día a día al presente, hasta en los
regímenes más oprobiosos a los que se puede someter a un ser humano,
como fue el castigo extremo en el que Juan definió su Batalla de los
Sentidos, e incluso allí, seguir siendo enemigos. Por eso será su
condena.
¿O dirá alguien, que acaso la condena de Juan será por las pruebas
que tienen en su contra? Dicen que él disparó contra un policía, pero
también dice el policía que resultó vivo que quien les disparó también
recibió un par de balas en su espalda. Y las pruebas dicen que esos
restos no corresponden a los de Juan. Dicen que las pruebas son
suficientes, pero el detalle de esas pruebas dice lo contrario.
Dicen que no fue Juan quien disparó
contra el policía; y aquí no se trata de saber quién disparó, se trata
de darse cuenta porqué dicen que fue Juan. Y lo dicen, porque Juan los
detesta, los odia en su corazón de inmenso amor, y les ha dedicado una
vida de enemistad, por eso es un subversivo. Y por eso lo condenarán.
Dicen que Freddy manejaba una motocicleta
velozmente por las calles del centro de Santiago luego de haber
asaltado un banco, y que como su acompañante disparó contra dos
carabineros, matando a uno e hiriendo al otro, él es cómplice de
homicidio y homicidio frustrado. ¿Saben quién lo dijo? El cómplice de
muchos homicidios para nada frustrados y cientos de torturas que se
cometieron en los subterráneos del infame Cuartel Borgoño, que la DINA
heredó a la CNI, y que esta última entregó a la PDI. El Fiscal Militar y
profesor de Derecho Procesal de la ilegal, estafadora y tristemente
célebre Escuela de Criminalística de la UTEM, Roberto Reveco, fue quien
inició la investigación producto de la muerte del carabinero Luis
Moyano en esa tarde de octubre del 2007. Sin siquiera haber formalizado
la investigación, Reveco citó a una conferencia de prensa para hacer
circular en los diarios las fotografías de Marcelo, Juan, Freddy y
Carlos, acusándolos del asalto y el posterior tiroteo con el cabo de la
policía uniformada. Reveco, procesó por la Justicia Militar, y utilizó
todo el aparataje de las Fuerzas Armadas para apuntar a cuatro civiles
de dichos actos punibles.
Reveco dijo que Freddy manejó la
motocicleta, que Juan disparó y que Marcelo y Carlos participaron del
asalto. Reveco lo dijo desde su escritorio de Fiscal Militar, con sus
leyes de inteligencia y testigos pagados. Lo dijo teniendo a la vista
el video de pésima calidad de un banco y el testimonio de un reo que
obtuvo beneficios carcelarios a cambio de su declaración. ¿Qué justicia
es la que valora un acto de delación? ¿Qué justicia es la que promueve,
en último caso, la miseria humana? Ya que solo un miserable es aquel
que es capaz de acusar a otro para propio beneficio. Reveco encarna esa
justicia. Reveco es la verdad de Estado.
Hoy la causa no está en la Justicia
Militar producto de las últimas reformas realizadas, pero el Ministerio
Público basó su acusación en las mismas pruebas y raciocinios
formulados por el torturador Reveco.
¿Y alguien sigue pensando que este es un problema estrictamente jurídico?
Esperaría que no, aunque el mundo está lleno de incautos y cómplices de la máquina. Pues bien, yo le creo a Juan cuando dice que él no estuvo en las calles de Santiago ese caluroso octubre, pero mi creencia no tiene ningún peso jurídico, sus abogados tendrán que probarlo ante un tribunal, el mismo que preparó Reveco, pero que estará con el ropaje democrático-imparcial de la Justicia civil. Yo les creo su historia. Yo les creo. Y no porque sea un simple creyente. Si no, porque sé que esto se llama venganza. Porque si hay algo que el poder puede empuñar y nosotros no, eso se llama leyes, tribunales, juicios, justicia. Nosotros nos armamos de amor y odio, ellos, de armas e instituciones.
¿Y alguien sigue pensando que este es un problema estrictamente jurídico?
Esperaría que no, aunque el mundo está lleno de incautos y cómplices de la máquina. Pues bien, yo le creo a Juan cuando dice que él no estuvo en las calles de Santiago ese caluroso octubre, pero mi creencia no tiene ningún peso jurídico, sus abogados tendrán que probarlo ante un tribunal, el mismo que preparó Reveco, pero que estará con el ropaje democrático-imparcial de la Justicia civil. Yo les creo su historia. Yo les creo. Y no porque sea un simple creyente. Si no, porque sé que esto se llama venganza. Porque si hay algo que el poder puede empuñar y nosotros no, eso se llama leyes, tribunales, juicios, justicia. Nosotros nos armamos de amor y odio, ellos, de armas e instituciones.
Y ahí están, llevando a juicio a los
rebeldes, condenándolos por su eterna porfía, porque a Marcelo no le
bastó con ser el prisionero político más joven de Chile cuando lo detuvo
la dictadura a sus escasos 14 años, porque a Juan no le bastó con haber
sido encarcelado a los 18 junto a su padre, y Freddy siguió queriendo
reinventarse en el largo repliegue de la militancia revolucionaria de la
transición. Los condena la historia por su historicidad sin límites. Y
ya sea el campo de batalla un tribunal o la vida misma, la
historicidad de los rebeldes sólo conoce un camino y se llama LIBERTAD.
Freddy ya lo dijo: “Nuestro real y único
delito, del cual vale la pena ser culpables, es ser protagonistas de
nuestra historia. Nacimos y moriremos culpables, y seguirán naciendo
culpables, hasta la victoria.”
Lamento no haber podido asistir al foro en solidaridad con los compañeros para decirles esto de frente, pero espero que estas toscas palabras hayan cubierto en algo la ausencia; por ahora sólo envío un gran abrazo a cada uno de los hermanos secuestrados, a sus familias y a sus entornos cercanos que viven día a día con ellos la realidad de la cárcel. A cada uno de ellos vaya mi saludo.
Lamento no haber podido asistir al foro en solidaridad con los compañeros para decirles esto de frente, pero espero que estas toscas palabras hayan cubierto en algo la ausencia; por ahora sólo envío un gran abrazo a cada uno de los hermanos secuestrados, a sus familias y a sus entornos cercanos que viven día a día con ellos la realidad de la cárcel. A cada uno de ellos vaya mi saludo.
Y pido disculpas por la impertinencia,
pero quiero cerrar estas líneas con un habla que irrumpió en el fin del
foro de Enero, dijo Luis, el padre de Juan “…y siempre, nunca nos
olvidemos: Mientras Exista Miseria, Habrá Rebelión. Arriba los que
Luchan!!!
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