Extraído de viva la anarquía
El
juicio se inicio con el testimonio e interrogación del guardia de
seguridad del edificio donde vive el hermano de Luciano. Si bien este
testigo reconoce a Luciano como el hermano del dueño del depar-tamento,
no logra reconocer la moto que se le muestra (moto que supuestamente
sacó Luciano), reconociendo el color pero
no el modelo. No vio la placa patente, ni estuvo al momento en que
supuestamente Luciano saca la moto del edificio. La defensa se encargó
de dejar clara esta situación.
El testigo que siguió fue el dueño de la
moto a la cual le robaron la patente. Este solo señala que la patente
de la moto encontrada en el lugar corresponde a la patente que le
robaron en Santiago Centro hace un tiempo. Nótese cómo la prensa influye
en las personas: a la pregunta del fiscal: “¿Cuándo reconoce la patente?”, el testigo señala que “usaron la patente para ponerla en una moto y tirar una bomba al banco, en el caso bombas”. La defensa no hizo preguntas.
Luego vino otro testigo de la fiscalía:
Un comerciante que tiene un bazar cercano a la casa okupa donde
supuestamente vivía Luciano. Este testigo cae en varias contradicciones
entre la declaración que le dio a la policía y la que realiza en el
juicio. Por ejemplo, parte por señalar que él no sabia como se llamaba
ni como le decían a Luciano, solo lo veía cuando iba a comprar…pero a la
pregunta posterior del fiscal: “¿sabe cual es el apodo del imputado?”, el testigo responde “si, Tortuga”. Cuando la defensa le pregunta cómo sabe esto si había dicho lo contrario, el testigo se turba y señala que “lo escuché cuando fue con unos amigos”… sin embargo, en su declaración escrita señalaba explícitamente que “el acusado siempre venia a comprar solo, nunca con más gente.”
El testigo señala además que no sabia donde vivía, pero sabia que era “de ese grupo, de los que se hacen llamar okupas”
¿cómo? Porque venía “de esos lados”, vestido de negro, con chaquetas
que decían okupa, y que la casa estaba pintada por fuera y decía okupa
también.
La defensa lo hace aclarar que nunca
llegaron los pacos, o los bomberos, ni que la casa estaba clandestina, y
que Luciano solo compró cosas para comer en el bazar, nunca compró
cables, ni cosas así.
Surgió el problema de que en la
declaración escrita, el testigo da nombres y apellidos, pero el testigo
señala que a él le mostraron unas fotos y asi fue reconociendo a las
personas. Por esto, la defensa cuestiona quien hizo la declaración,
porque ya pasó que un testigo dijo que la declaración no era suya (ver día 2).
Luego viene la persona a cargo de
reparar y mantener la sucursal del Banco Santander donde explotó el
artefacto. Lo relevante de este testigo es que la fiscalía intenta hacer
ver que el daño provocado fue enorme, mostrando fotos (bien miserables)
en las que se mostraban vidrios rotos en mil pedazos, una puerta rota, y
un pilar y el techo manchados de hollín. La defensa, logra dejar en
claro que los trabajos no demoraron mas de 1 semana, fuera del horario
del publico, y que aquel día, la atención del público se retrasó solo en
aprox. ½ hora. Lo comparó con un alunizaje, señalando el testigo que
entre uno y otro no había mucha diferencia en el tiempo de reparación.
Además, se señala que solo una puerta se rompió, la otra se trizó
solamente.
Por ultimo, se discute la declaración
del testigo, pues nuevamente hay contradicciones entre lo dicho por el
testigo en el tribunal y lo dicho ante la policía. Finalmente, el
testigo reconoce que no leyó la declaración, pues le hicieron las
preguntas mientras estaban arreglando el banco para que pudiera entrar
la gente, habían muchas personas y mucho movimiento, por lo cual el
simplemente firmó la declaración sin leerla.
Por la tarde, el juicio continuó con la
declaración de un policía de la Dirección de Inteligencia Policial de
Carabineros que estuvo a cargo de retirar el lienzo colgado en las afueras de la clínica
en donde estaba Luciano, lienzo que también fue exhibido en la
audiencia como una de las pruebas. Habló también de cuando rompió las
cadenas de custodia de unas pruebas (dos cascos y una patente de
motocicleta) para enviarlas al Laboratorio de Carabineros y ser
analizadas.
Luego, el director de la Clínica INDISA,
en donde Luciano estuvo hospitalizado por casi tres meses. Fue una
declaración bastante técnica, ya que sólo relató las consecuencias
médicas del fallido atentado. Otro punto que tocó, fue la llamada que
una mujer realizó al hospital el día 2 de junio de 2011, amenazando con
que “un grupo de personas disfrazadas de paramédicos, atentaría contra Luciano Pitronello”. Debido a esta llamada, la policía pudo obtener la custodia del compa, ya que antes sólo podía hacerlo de civil.
La audiencia finalizó con una extensa
lectura de los informes médicos emitidos por la Clínica INDISA, en donde
se daba constancia de la evolución del Tortuga.
Para cerrar, se dijo que ya quedan pocxs
testigxs, por lo que esta etapa (declaraciones de testigos) terminaría
quizás el jueves, para continuar con las pruebas y peritos.
Las audiencias son de lunes a viernes de
9:00 a 16:00 hrs. en la sala 901 (piso 9) del Edificio D del “Centro de
Justicia” (Metro Rondizonni). Cualquier persona puede entrar como
público llevando sólo su carnet de identidad. Está prohibido el ingreso
de objetos contundentes, corto-punzantes, encendedores, fósforos y
comida.
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