El 29 de Diciembre del año 2008 dos bombas de ruido (botellas plásticas con acido muriático o clorhídrico como lo señalo la prensa) explosan en un basurero en el exterior de un Supermercado Unimarc.
En marzo del 2009 el comunero mapuche encontrándose preso por otra causa es formalizado por la colocación de dichos artefactos durante el transcurso de esta audiencia causo gran repercusión debido a que el acusado negó cualquier participación en el hecho, se levanto y denuncio a la fiscalía y a la jueza de ser participe de un proceso viciado, de un hostigamiento constante y permanente además de señalar que era parte de un proceso antimapuche solo por el hecho de luchar por recuperar su tierra, luego dio la espalda a jueces y fiscales.
En esa instancia la fiscalía intento llegar a un procedimiento simplificado o abreviado ofreciéndole 61 días de presidio si aceptase responsabilidad por el hecho investigado, pero el acusado rechazo tajantemente cualquier cargo, finalmente además se le sumo una causa por desacato.
Meses después tras salir a la calle quedando sometido a distintas medidas cautelares, Waikilaf es detenido en una marcha mapuche en Temuco para ser liberado al día siguiente, 13 de Mayo, en paralelo y solo horas antes de salir la policía allana su domicilio “encontrando” distinto material explosivo, entre estos : dos mechas industriales, 60 gramos del poderoso explosivo C4, 750 gramos de una mezcla de nitrato de amonio y nitroglicerina, un extintor pequeño vacío y 5 cartuchos de fusil M-16.
Horas después, vuelve a ser detenido por las especies encontradas en el allanamiento para ser formalizado esta vez por tenencia de material explosiva.
Finalmente Waikilaf enfrenta un juicio oral por los dos hechos con 23 testigos presentados por parte de la fiscalía, mientras que la defensa solo 3. Tras una semana de juicio el comunero declara su total desvinculación con los hechos acusados mientras que la fiscalía solicita una condena de 7 años de presidio.
El 18 de Enero del 2012 Waikilaf es condenado a 3 años y un dia bajo la ley de control de Armas por las dos colocaciones de artefactos de ruido y 541 día por la tenencia de material explosivo. Una condena de 4 años de prisión donde solo hay plazo hasta el 28 de Enero para anular el juicio o solicitar una rebaja de condena.
Tras la condena el fiscal de la IX región, Omar Mérida regocijándose de su logro al conseguir tal condena, da una entrevista al periódico “la segunda” volviendo torpemente a hablar de vínculos entre anarquistas y mapuche, inclusive tratando de resucitar el “caso bombas”:
“nosotros siempre hemos considerado que los atentados explosivos que se han producido tanto en la Región Metropolitana como en La Araucanía podrían tener una relación. Esa era nuestra hipótesis investigativa, es decir, estudiar la vinculación que existía entre uno y otro. Con el hallazgo de explosivos en esta zona, y de material como mechas y otros artefactos, el trabajo se ha orientado en establecer esa vinculación y el resultado, a nuestro entender, es positivo. Desde el punto de vista al menos ideológico, hay vinculación entre los atentados locales y algunos atentados en Santiago. Esa es la materia de la investigación”.
En este nuevo proceso político-judicial vuelve a quedar de manifiesto la necesidad de castigo que se tiene contra todos quienes cuestionan el orden impuesto por los poderosos. Es importante entender que esta condena y juicio surgen en medio de la acusación que el Ministro del Interior vierte contra los comuneros mapuche en lucha acusándolos y ligándolos con un incendio forestal que cobro la vida de 7 brigadistas, recatalogando un incendio forestal como un “acto terrorista” llevado a cavo por la “C.A.M” (Coordinadora Arauco malleco) sin prueba alguna mas que su constante y sistemática criminalización contra todos quienes de distintas perspectivas y por distintas motivaciones estorben al plan de los poderosos.
En esa instancia la fiscalía intento llegar a un procedimiento simplificado o abreviado ofreciéndole 61 días de presidio si aceptase responsabilidad por el hecho investigado, pero el acusado rechazo tajantemente cualquier cargo, finalmente además se le sumo una causa por desacato.
Meses después tras salir a la calle quedando sometido a distintas medidas cautelares, Waikilaf es detenido en una marcha mapuche en Temuco para ser liberado al día siguiente, 13 de Mayo, en paralelo y solo horas antes de salir la policía allana su domicilio “encontrando” distinto material explosivo, entre estos : dos mechas industriales, 60 gramos del poderoso explosivo C4, 750 gramos de una mezcla de nitrato de amonio y nitroglicerina, un extintor pequeño vacío y 5 cartuchos de fusil M-16.
Horas después, vuelve a ser detenido por las especies encontradas en el allanamiento para ser formalizado esta vez por tenencia de material explosiva.
Finalmente Waikilaf enfrenta un juicio oral por los dos hechos con 23 testigos presentados por parte de la fiscalía, mientras que la defensa solo 3. Tras una semana de juicio el comunero declara su total desvinculación con los hechos acusados mientras que la fiscalía solicita una condena de 7 años de presidio.
El 18 de Enero del 2012 Waikilaf es condenado a 3 años y un dia bajo la ley de control de Armas por las dos colocaciones de artefactos de ruido y 541 día por la tenencia de material explosivo. Una condena de 4 años de prisión donde solo hay plazo hasta el 28 de Enero para anular el juicio o solicitar una rebaja de condena.
Tras la condena el fiscal de la IX región, Omar Mérida regocijándose de su logro al conseguir tal condena, da una entrevista al periódico “la segunda” volviendo torpemente a hablar de vínculos entre anarquistas y mapuche, inclusive tratando de resucitar el “caso bombas”:
“nosotros siempre hemos considerado que los atentados explosivos que se han producido tanto en la Región Metropolitana como en La Araucanía podrían tener una relación. Esa era nuestra hipótesis investigativa, es decir, estudiar la vinculación que existía entre uno y otro. Con el hallazgo de explosivos en esta zona, y de material como mechas y otros artefactos, el trabajo se ha orientado en establecer esa vinculación y el resultado, a nuestro entender, es positivo. Desde el punto de vista al menos ideológico, hay vinculación entre los atentados locales y algunos atentados en Santiago. Esa es la materia de la investigación”.
En este nuevo proceso político-judicial vuelve a quedar de manifiesto la necesidad de castigo que se tiene contra todos quienes cuestionan el orden impuesto por los poderosos. Es importante entender que esta condena y juicio surgen en medio de la acusación que el Ministro del Interior vierte contra los comuneros mapuche en lucha acusándolos y ligándolos con un incendio forestal que cobro la vida de 7 brigadistas, recatalogando un incendio forestal como un “acto terrorista” llevado a cavo por la “C.A.M” (Coordinadora Arauco malleco) sin prueba alguna mas que su constante y sistemática criminalización contra todos quienes de distintas perspectivas y por distintas motivaciones estorben al plan de los poderosos.
¡A LA CALLE TODOS LOS PRES@S POLITIC@S!
¡FIN A TODOS LOS JUICIOS Y SENTENCIAS!
Solidarios contra la prision ¡FIN A TODOS LOS JUICIOS Y SENTENCIAS!
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