domingo, 26 de mayo de 2013

Con la memoria intacta, con la sangre hirviendo de anarquía… ¡¡¡Compañero Mauricio Morales, presente!!!


A 4 años de la muerte en acción del compañero Mauricio Morales, el fuego de su vida no se apaga. Nos alegra ver cómo iniciativas de corte diverso se entrecruzan y convocan con el objetivo común de recordar a un guerrero que llevó su vida al límite en confrontación permanente con el poder.


Lleno de contradicciones y decisiones de lucha, la vida del compañero Mauricio Morales se entrecruza con la nuestra en la tensión permanente que es darle vida con los hechos al ideal anárquico aquí y ahora.  Con Mauricio presente, nos enfrentamos hoy con lo que tengamos a mano (y lo que no, lo construimos) a quienes se posicionan como jefes de la sociedad, como líderes de rebaños variopintos o como dirigentes del reformismo pintado de radical.

Este año, como los anteriores nos hacemos presentes por medio de reflexiones sobre el compañero y sobre las ideas que nos hermanan. Hoy queremos compartir algunas reflexiones sobre las iniciativas de memoria que se han desarrollado en torno al compañero y a la importancia del recuerdo activo de los/as muertos/as en la lucha revolucionaria y antiautoritaria.

Memoria antiautoritaria, sin siglas ni dirigentes.

“Sin siglas ni dirigentes”, rezaba un rayado en la pieza del compañero Mauricio Morales en el Centro Social Okupado Sacco y Vanzetti ¿cómo sabemos eso si nunca entramos a esa pieza? ¿Cómo conocemos frases, imágenes y poemas del compañero sin conocerlo personalmente? Pues por algo muy sencillo, porque algunos/as sus cercanos/as decidieron sacar a la calle la voz del compañero, con sus ideas y tensiones, para que fuera él quien hablara por sí mismo, ante todo en momentos en que la prensa festinaba con el cadáver del “anarquista-bomba”, del “joven okupa lleno de tatuajes”, del “miembro de grupo subversivo con seguimiento permanente”, etc., como los periodistas se referían al compañero tras su muerte.

Ya se ha hablado sobre la importancia de recordar a los/as compañeros/as por su vida y sus decisiones de lucha antes que por su muerte. Hoy destacamos también la importancia de lo que pueden aportar los círculos  cercanos a los/as compañeros/as muertos/as para que quienes no les conocimos personalmente podamos tener una idea de lo que aportaron a la lucha y aportar nosotros/as también  a que su vida, sus ideas y experiencias particulares no se las lleve el olvido y puedan recordarse a pesar del paso del tiempo y de las generaciones. Conocidos son los casos de compañeros/as de quienes solo se sabe su nombre y las circunstancias de su muerte, por eso es importante la acción de sus cercanos en contribuir al olvido o la transmisión de sus ideas en vida.

Pero, ¿para qué recordar? Preguntamos esto porque la memoria tiene muchas caras, usos y fines, dependiendo de quien la utilice y para qué la utilice. El Estado recurre a la memoria para reforzar su dominio; la izquierda recurre a sus muertos y luchas del pasado para validarse en el presente con sus posturas reformistas. Por su parte, las organizaciones revolucionarias marxistas recuerdan a sus muertos/as para mantener vivo su recuerdo –muchas veces bajo la imagen del héroe o el mártir-  pero haciendo casi siempre de este recuerdo un elemento funcional a sus actuales programas, siglas y estructuras vanguardistas.

Contrario y fuera de todo ello, en  nuestra opción por la lucha antiautoritaria el recuerdo de nuestros compañeros muertos pasa por el rescate de su vida, sus ideas y prácticas de lucha contra la autoridad. Es el recuerdo de una individualidad activa –aunque no idealizada-  que trasciende el suceso de la muerte e inserta la vida de cada compañero/a en la continuidad histórica de la lucha contra la opresión y sus consecuencias. Esa continuidad de la lucha la encarnamos todos/as los/as que decidimos tomar las riendas de nuestra vida y enfrentarnos al poder y su orden social.   
                          
Por eso la memoria sobre los/as compañeros/as muertos/as no se limita ni debiera limitarse a quienes les conocieron de manera más cercana –reconociendo su aporte inicial y duradero-, sino que es una memoria que se multiplica y se transforma en acción y propaganda, en construcción dinámica y peligrosa para la autoridad producto de la validación y la continuidad en el presente de la praxis insurrecta que abrazaron nuestros/as compañeros/as muertos/as.


Memoria para la acción, pero no cualquier acción: memoria para la acción antiautoritaria, para la insurrección permanente contra el poder.

En estos 4 años, la memoria en torno al compañero Mauricio Morales se ha expresado tal como es la naturaleza de la lucha antiautoritaria: multiforme y con herramientas que en la lucha por nuestra libertad son todas válidas y necesarias: libros, afiches, publicaciones, foros, actos conmemorativos callejeros, barricadas, incendios y explosiones contra el poder, entre otras.

El valor de estas acciones y su contenido en torno a la memoria del compañero es que han impedido que su imagen y su vida sean recuperadas por el sistema o por cualquier corriente izquierdista. Hoy nos sentimos alegres de poder recordar su vida sin la necesidad de enfrascarnos en disputas con quienes desde trincheras reformistas se quieran apropiar de su figura con fines opuestos a las ideas y prácticas que el compañero defendía en vida y a las ideas compartidas por el entorno de anárquico/antiautoritario en el cual se desenvolvía el compañero.

Algo fundamental en ello fue la actitud guerrera asumida por dicho entorno de lucha tras la muerte del compañero en Mayo de 2009, entorno que por medio de la acción multiforme se estaba configurando con una identidad propia: la identidad de la insurrección antiautoritaria, la liberación total y la guerra contra el poder, diferente y opuesta al anarquismo de siglas, crítica de la sumisión de la sociedad, conciente de la necesidad de aniquilar la autoridad también en la vida cotidiana y enemiga de toda posición de espera que postergue el enfrentamiento inmediato con los/as opresores/as.

Esa actitud, ese cuerpo de ideas y su consecuente acción en el presente, no se escondió tras la muerte del compañero, no corrió a esconderse ni intentó mostrarse como inocente ante los ojos del poder, el cual, con la muerte del compañero, comenzó a afinar su ofensiva contra los entornos anárquicos apuntando más directamente a los espacios okupados y centros sociales que difundían ideas insurreccionales y prácticas antiautoritarias, además del hostigamiento permanente a compañeros/as y espacios cercanos/as al compañero Mauricio como el Centro Social Okupado Sacco y Vanzetti.

Ojalá esa misma actitud guerrera y orgullosa que primó en 2009 se hubiera visto tan clara y directa tras la razzia represiva del 14 de Agosto de 2010 enmarcada en el llamado “Caso Bombas”. Ojalá la guerra contra la autoridad se hubiera gritado y expresado con la misma y más fuerza en vez de haber visto cómo los aires de derrota invadieron a muchos/as y por mucho tiempo antes de salir del cascarón del miedo, del silencio y de los discursos enfrascados en la idea del montaje. De hecho, en esos momentos, tras el 14 de Agosto de 2010, nuestra decisión de conformar un núcleo de propaganda escrita bajo el nombre de Sin Banderas Ni Fronteras, respondía a esa evidente necesidad de mantener vigentes las ideas de guerra y ofensiva antiautoritaria, la idea de la praxis de la insurrección permanente, la no espera para la acción multiforme y las propuestas organizativas desde la informalidad y los grupos de afinidad. Así intentamos ser un puente inquebrantable de ideas y propuestas para que el silencio y el olvido no sepultaran nuestra identidad de lucha y las experiencias forjadas y compartidas en diversos espacios e instancias de compañerismo. En ese persistente objetivo no fuimos los únicos, pero sí fuimos pocos, y menos aún eran los que querían escuchar. Pero eso no nos detuvo. Esas ideas nunca dejaron de estar presentes, aunque sí fueron silenciadas por muchos/as en nuestro entorno.

Hoy nos alegra ver cómo estas ideas vuelven a multiplicarse de a poco recobrando vitalidad y visibilidad, con compañeros que quieren escuchar pero también hablar, con el aporte y presencia de nuevos/as compañeros/as que forjaron su radicalidad al calor de los momentos de revuelta y  auto-organización experimentados en la agitación social del año 2011.                                                     

Saludamos las iniciativas internacionales en torno al compañero Mauricio Morales y nos alegra ver en nuestro alrededor a compañeros de diversas experiencias y generaciones recordando al compañero. De nosotros depende que esas experiencias diversas interactúen y se retroalimenten como parte de la continuidad histórica de la lucha antiautoritaria, y no se expresen como gritos de guerra aislados unos de otros. Y de nosotros/as depende que el compañero Mauricio Morales y todo/as nuestros/as compañeros/as muerto/as sigan vivos/as en la acción multiforme contra el poder.

Con la memoria intacta, con la guerra contra el poder tatuada con sangre y fuego en nuestras vidas y actos, con el orgullo de no haber bajado los brazos ante el miedo y la represión, con la alegría y el desafío de ser dignos continuadores de la lucha contra todo tipo de autoridad.

CON PROPAGANDA Y ACCIÓN DIRECTA

MAURICIO MORALES, CLAUDIA LÓPEZ Y JONNY CARIQUEO SIGUEN PRESENTES EN LA LUCHA INSURRECCIONALCONTRA TODA AUTORIDAD

Sin Banderas Ni Fronteras, núcleo antiautoritario de agitación y propaganda escrita. Mayo 2013, Santiago, Chile.  sinbanderas.nifronteras@yahoo.com       

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