viernes, 9 de julio de 2010

Colección Utopía Libertaria







“En una palabra, rechazamos toda legislación, toda autoridad y toda infl uencia privilegiadas, patentadas, oficiales y legales, aunque salgan del sufragio universal, convencidos de que no podrán actuar sino en provecho de una minoría dominadora y explotadora, contra los intereses de la inmensa mayoría sometida”. Mijail Bakunin (Dios y el Estado)


*Arthur Lehning - Marxismo y Anarquismo en la revolucion Rusa


“No festejarás el día de tu nacimiento ni hoy ni mañana sino todos los días, porque renaces a cada instante y das vida a la vida: como hombre y artista” (de un poema de Handrik Marsman dedicado a Arthur Lehning).



El anarquismo es un amparo al que no demasiadas personas concurren. No deja de ser curioso llamar “amparo” a lo que es ahora una sombra de su antiguo esplendor político y cultural, pero los lugares o creencias que nos brindan refugio y certeza a veces caben en la cabeza de un alfiler.




Antología del pensamiento anarquista contemporáneo. Contra lo que muchos suponen, el pensamiento anarquista es muy complejo y no es sencillo articularlo en un decálogo, pues nunca dispuso de un dogma sellado en un libro sagrado, y eso concedió libertad teórica y táctica a sus adherentes. Tampoco el anarquismo se preocupó de construir una teoría sistemática sobre la sociedad. Quizá la propia diversidad de las ideas y prácticas anarquistas favoreció su supervivencia: cuando alguna de sus variantes decaía o se demostraba ineficaz, otra la sustituía.




La presente obra se inicia con dos importantes ensayos sobre el surrealismo, ensayos que permitirán una mejor comprensión de uno de los acontecimientos más significativos de la vida cultural y política de Francia en la década del 50: la estrecha colaboración entre surrealistas y anarquistas, principalmente a través de la participación semanal de los surrealistas en Le Libertaire, periódico de la Federación Anarquista, que se extendió durante quince meses.




El resurgimiento de la crítica a todos los sistemas de representación, la comprensión de que se puede realizar un cambio social sin tomar el poder está, lenta pero progresivamente, ganando espacio tanto en sectores intelectuales sin antecedentes libertarios, como entre los grupos organizados de desocupados considerados radicalizados, que no luchan por -y no quieren- ser incluidos de nuevo en el sistema. No pretenden volver a ser explotados, sino que quieren construir una sociabilidad alternativa, un mundo nuevo. Muy pocos de ellos conocen sus antecedentes anarquistas




A la luz de los sucesos de diciembre de 2001 en la Argentina -y los posteriores, aquí y en Latinoamérica- la espontaneidad de las masas es un fenómeno de actualidad y de un gran interés. Esta fuerza elemental, que no es el invento de ningún teorizador, ha sido observada, analizada y en parte exaltada por la gran teórica revolucionaria Rosa Luxemburg. En este libro el pensador libertario Daniel Guerin, desmenuza su pensamiento, exponiendo sus aciertos y contradicciones e incorporando un valioso conjunto de documentos para la polémica. Rosa tuvo el inmenso mérito de haber rebatido las concepciones organizativas autoritarias de Lenin e insistió, como ningún marxista antes lo había hecho, en la prioridad determinante de la autoactividad de las masas




El movimiento de los proletarios y campesinos que responde a la tendencia social e ideológica de la Federación Obrera Regional Argentina, aparece históricamente en la última década del siglo XIX. Es el resultado de un conjunto de causas que arrancan, por sus ideales, de un pasado precapitalista: se asientan, por su economía, en las condiciones que el capitalismo nacional y mundial en su desarrollo establece en estos países, después del año 1890; se concreta y organiza en la acción voluntaria creadora de las clases trabajadoras.




El “gobierno del pueblo”, vieja mentira. “Directo o indirecto, simple o compuesto, el gobierno del pueblo será siempre el escamoteo del pueblo. Es siempre el hombre que comanda al hombre; la ficción que hace violencia a la libertad; la fuerza bruta que dirime los conflictos en lugar de la justicia, que es la única capaz de resolverlos; la ambición perversa que se fabrica un trampolín con la abnegación y la credulidad.”




El proyecto original se centraba en el estudio de las tesis anarquistas sobre la propiedad, la familia y la criminalidad, temas todos de interés jurídico. Sin embargo resultó imposible no extenderse sobre cuestiones políticas, económicas, pedagógicas y culturales, inevitablemente entretejidas con las críticas libertarias al derecho y el Estado.




Émile Armand dedica este pequeño ensayo a explicar Lo que es, puede y vale el anarquismo individualista, una corriente que se inscribe dentro del anarquismo pero que debe ser entendida como una filosofía personal y no social. Lejos de buscar una teoría que ayude a construir ese ideal mundo mejor para el conjunto de la sociedad, Armand propone una ética que busque la felicidad personal por encima del bien colectivo, si bien teniendo como premisa el que los actos individuales no perjudiquen jamás a otro ser humano.




“Mientras exista una clase inferior, perteneceré a ella. Mientras haya un elemento criminal, estaré hecho de él.Mientras permanezca un alma en prisión, no seré libre.”




“Autogestión –organización horizontal de la sociedad por los mismos trabajadores y ciudadanos–, comunismo libertario” pueden parecer términos poco corrientes, pero designan realidades conocidas. La autogestión participa de una realidad argentina tan diaria y visible como la de los cartoneros que se juntan para sobrevivir, los grupos de pueblos originarios que piden tierras en La Plata (desde 2006) para consolidar sus hábitos comunitarios, las centenas de colectivos de desempleados que malviven en emprendimientos de mala muerte (excelente y trágica expresión en este caso) como comedores, bloqueras, panaderías, huertas, etcétera.




La revolución rusa no ha dado los resultados que podía dar, pero esto no significa que no ha conseguido nada y que no haya dejado nada útil a la humanidad. El mundo gracias a la revolución rusa, ha vivido y sobrevivido toda una época de esperanza y ha recogido una enseñanza imperecedera. Las masas rusas han adelantado a todas las teorías y aprenden, a costa de enormes sufrimientos y privaciones, como no hay que permitir que un movimiento social sea convertido en un experimento partidista, y lo que es mas importante, su experiencia enseño al mundo que todas las teorías deterministas son fantasías e inventos bellos, pero mayormente inútiles en la práctica y a veces hasta dañosos. Se ha demostrado que mientras exista la coercion y la violencia e imperen la explotación y el Estado, no se puede reorganizar la vida social radicalmente. Se han confirmado las previsiones anarquistas de que, para que la libertad y el bienestar imperen, es imprescindible que desaparezcan el estado y el Capitalismo al mismo tiempo.




No sé de ningún hecho más estimulante que la incuestionable capacidad del hombre por elevar su vida por medio del esfuerzo consciente. Es algo, ciertamente, el poder pintar un cuadro particular, el esculpir una estatua o, en fin, el hacer bellos algunos objetos; sin embargo, es mucho más glorioso el esculpir o pintar la atmósfera, el medio a través del cual nos miramos, lo cual es factible moralmente. Influir en la calidad del día, ésa es la más elevada de las artes. Todo hombre tiene la tarea de hacer su vida digna, hasta en sus detalles, de la contemplación de su hora más elevada y crítica.




Anarquismo, vanguardia obrera e institucionalización del movimiento sindical en la década del 30. Un orden nuevo expresa una voluntad social. No basta con el hecho económico. Desde la economía es preciso resolver el sentido creador de las masas. La revolución más profunda será aquella que concilie y resuelva, como defensa y conquista, este enunciado. El comunismo anárquico moviliza estas condiciones, elevando y unificando a campesinos y obreros en el verdadero orden nuevo.




Desde Buenos Aires se me invita a escribir unas líneas de acompañamiento para la nueva edición de Los anarquistas en la crisis política española. No sé si mi pluma puede estar a la altura de la labor que ellos quieren emprender, dado mis muchos años. Por mi parte pondré buena voluntad para complacerlos y no defraudarlos.




En El único y su propiedad, Stirner hace una crítica radicalmente antiautoritaria e individualista de la sociedad prusiana contemporánea. Ofrece una perspectiva de la existencia humana que describe el ego como una entidad particular y creativa más allá del lenguaje y de la objetividad, como una realidad subjetiva fundamentada en sí misma ante la cual el ego está solo, al contrario de lo que predicaba buena parte de la tradición filosófica occidental. Para Stirner el individuo debe ser ante sí mismo el único ser supremo, liberado del yugo de Dios y de las "ilusiones" del humanismo. Este individuo es el Egoísta, el Único (Einzige) y sólo asumiendo sin hipocresías ese egoísmo esencial, el hombre puede llegar a la plenitud de su expresión.



Lo que publicamos como Proyecto A no es sino la presentación del mismo que hiciera su autor en una conferencia de mayo de 1986 con motivo de la celebración del centenario del movimiento anarquista en Australia. En esta ponencia, Horst Stowasser delinea las bases, fundamentos y objetivos de lo que define como “un proyecto anarquista para una ciudad media alemana, hoy”, al tiempo que se aventura en la especulación acerca de los futur

os primeros pasos y de las implicancias posibles del proyecto a mediano y largo plazo.



El presente trabajo se propone reflexionar, en torno al concepto de utopía libertaria desde la perspectiva de Mijaíl Bakunin. Dicho proyecto utópico resulta de la proyección de los parámetros trazados por la utopía quiliástica liderada por el alemán Thomas Münzer. Según Karl Mannheim cada proyecto utópico se caracteriza por el tratamiento que brinda al transcurso del tiempo histórico, lo cual permite trasver el imaginario sobre el que se construye una determinada utopía. A partir de lo anterior, se analiza la utopía libertaria de acuerdo a los postulados de Mijaíl Bakunin, y su correspondencia en los textos dramáticos anarquistas: ¡Los grilletes!, Suprema lex, Los cuervos y Los vampiros.




Esta obra tiene una historia particular: de hecho, Mijail Bakunin nunca la escribió con ese título, sino que fueron Elíseo Reclus y Carlos Cafiero quienes, basándose en unos apuntes de Bakunin sobre el Imperio Knutogermanico, realizaron una recopilación tan equilibrada que curiosamente pasó a la historia como uno de los más conocidos ensayos de Mijail Bakunin. Este autor nunca dejó de ser un ilustrado radical convencido de que los hombres y sus sociedades debían inventarse a sí mismos, y que para ello sólo era necesaria una dosis máxima de libertad. La cuestión religiosa obsesionó a los anarquistas. Por un lado, la ontología anarquista centrada en la autocreación del ser no podía aceptar la hipótesis divina, por otra parte, sociológica e históricamente, el rol de la iglesia cristiana en la ignorantización de la humanidad y el control de la autoridad eclesiástica sobre la conciencia eran datos políticos de peso.




Este libro fue escrito en 1873 y condensa gran parte de la cosmovisión revolucionaria del autor, además de ofrecer una profunda descripción de la realidad socio-política de la Europa del siglo XIX.




Mientras que los habitantes sin techo de toda urbe son una muestra de exclusión extrema, forzada, impuesta por la sociedad de mercado, el croto siguió voluntariamente el rastro que lo llevaría a un lugar de no- pertenencia. El croto no se definió por la carencia que implica la preposición "sin". Su estilo fue mas la renuncia que el despido, Y más el abandono del hogar que la pérdida de la vivienda.




Para defender al principio de amor libre se necesitan dosis parejas de inocencia y experiencia. Una vez desacralizados el matrimonio, la familia y la dupla varón-mujer unidos “de por vida”, ¿qué si no la inocencia puede vincular la libertad al amor, en especial si a éste se lo entiende como pasión o atracción entre seres de carne y hueso? La experiencia susurra al oído que la fidelidad es imposible, que la monogamia es una ilusión y que las leyes del deseo triunfan siempre sobre las leyes de la costumbre. La inocencia grita que el amor sólo puede ser libre, que la pluralidad de afectos es un hecho y que el deseo obedece a un orden natural, anterior y superior a todo mandato social establecido.




En marzo de 1921 los marineros de la fortaleza naval del golfo de Finlandia, el `orgullo y la gloria` de la Revolución Rusa, se levantaron en una revuelta contra el gobierno bolchevique, al cual ellos mismos habían ayudado a llegar al poder. Bajo la divisa de `soviets libres` establecieron una comuna revolucionaria que sobrevivió 16 días, hasta que se envió un ejército a través de la superficie helada, con el fin de aplastarla. Después de una lucha larga y encarnizada, con grandes pérdidas en ambos bandos, los rebeldes fueron sometidos. La represión de esta revuelta constituyó un acto de brutalidad que descalabró el mito de que la Rusia Soviética era un `Estado de obreros y de campesinos`




"No pertenezco a ningún partido ni camarilla; no tengo adeptos, ni colegas, ni compañeros. No he creado ninguna secta; aun cuando me lo ofrecieran, rechazaría el papel de tribuno por la simple razón de que no deseo esclavizarme.” Esto declaraba Proudhon en 1840, poco después de la publicación de su Obra ¿Qué es la propiedad?, la que habría de darle fama, amén de ubicarlo entre los más grandes pensadores socialistas del siglo diecinueve.



Cuando hace algunos meses, a propósito de un artículo sobre Italia, en el que yo defendía la federación contra la unidad, los periódicos belgas me acusaron de predicar la anexión de su país a Francia, mi sorpresa no tuvo límites. En principio no supe qué pensar: ¡Se trataba acaso de una alucinación del público, o de una trampa de la policía! Mi primera reacción fue la de preguntar a mis denunciadores si, me habían leído; en este caso, si se me podía dirigir seriamente semejante reproche. Ya se sabe cómo terminó para mí este increíble incidente. Yo no me había apresurado a sacar partido de la amnistía que me autorizaba a volver a Francia, después de un exilio de más de cuatro años, pero entonces levanté la casa bruscamente. Sin embargo, cuando al regresar a mi país, y con el mismo motivo, he visto la prensa democrática acusarme de abandonar la causa de la revolución, gritar contra mí, no ya como anexionista, sino como apóstata, confieso que mi estupefacción llegó al límite. Me pregunté si yo era un Epiménides surgido de su caverna tras un siglo de sueño, o si, por azar, no era la propia democracia francesa quien, siguiendo las huellas del liberalismo belga, había sufrido un movimiento de retrogradación. Me parecía que federación y contrarrevolución o anexión eran términos incompatibles, pero me repugnaba creer en la defección masiva del partido al que hasta entonces me había sentido vinculado, el cual, no contento con renegar de sus principios iba a llegar, en su fiebre unificadora, hasta traicionar a su país. ¿Me estaba volviendo loco, o es que, en lo que a mí respecta, el mundo se había puesto a girar en sentido contrario?




"Llamándonos anarquistas declaramos por adelantado que renunciamos a tratar a los demás como nosotros no quisiéramos ser tratados por ellos; que no toleramos ya la desigualdad, lo cual permitiría a alguno de entre nosotros ejercitar la violencia o la astucia o la habilidad del modo que nos desagradaría a nosotros mismos. Pero la igualdad en todo -sinónimo de equidad- es la anarquía misma [...] Siendo anarquistas, declaramos la guerra al cúmulo de embustes, de astucia, de explotación, de depravación, de vicio, en una palabra de desigualdad, que han vertido en los corazones de todos nosotros. Declaramos la guerra a su manera de obrar y pensar. El gobernado, el engañado, el explotado, la prostituta, etc., hieren ante todo nuestros sentimientos de igualdad. En el nombre de la Igualdad, no queremos ya ni prostitutas, ni explotados, ni engañados, ni gobernados."




"El bienestar para todos no es un sueño. Es posible, realizable, después de lo que han hecho nuestros antepasados para hacer fecunda nuestra fuerza de trabajo. Mas para que el bienestar llegue a ser una realidad, es preciso que el inmenso capital deje de ser considerado como una propiedad privada, del que el acaparador disponga a su antojo. Es menester que el rico instrumento de la producción sea propiedad común, a fin de que el espíritu colectivo saque de él los mayores beneficios para todos". La conquista del pan es, posiblemente, el título más conocido y celebrado de los publicados por Piotr Kropotkin, el "Príncipe anarquista", traducido y divulgado por todo el mundo desde su primera aparición, en París, en 1892. En el se sientan las bases del comunismo libertario que habría de imponerse, con el tiempo, como la fórmula a desarrollar por los anarquistas de todo el mundo, superando las propuestas colectivistas no solo de Bakunin sino también de muchos "socialistas autoritarios". Kropotkin analiza aquí las revoluciones habidas hasta entonces, concluye que es el pan -la viabilidad material- lo imprescindible para el éxito revolucionario y para instalar definitivamente el verdadero comunismo,y que solo una revolución total, apoyada en el ciencia y la ayuda mutua, logrará ese ideal que sabe perfectamente posible aquí y ahora.




"la Makhnovschina es un fenómeno de un inmenso alcance, de una grandeza y de una importancia extrema, un fenómeno que se ha desarrollado con una fuerza completamente excepcional, que ha desempeñado un papel extraordinario y excesivamente complicado en la continuación de la Revolución Rusa, que ha sostenido una lucha titánica contra la reacción de toda especie y que más de una vez ha salvado a la revolución misma del desastre; es además un fenómeno extremadamente rico en episodios brillantes y que atrajo la atención y el interés general, no sólo en Rusia, sino también más allá de sus fronteras. Al mismo tiempo la Makhnovschina despertó en los diferentes partidos, revolucionarios y reaccionarios, los sentimientos más diversos; comenzando por el odio y la hostilidad feroces, pasando por el asombro, por la desconfianza y la sospecha y acabando por la simpatía y la admiración más profunda."




Desmitificador, insumiso y rebelde, es un pensador que filosofa a martillazos y que invoca la utopía como lugar ético del deseo libertario. El amor a lo que fue es, por oposición, una pasión triste. En este sentido, Ibáñez alerta, también, contra los procesos de institucionalización que acechan a cualquier movimiento. Frente a las costras de la quietud, el anarquismo toma las formas del agua; inventa su curso frente a los obstáculos, se moviliza y embiste contra las manifestaciones de la dominación. Vanina Escales




Durante casi sesenta años Malatesta desarrolló actividades dentro del movimiento anarquista como agitador y propagandista. Basta con dar una ojeada a los archivos de la prensa anarquista para percibir que fue uno de los miembros más respetados del movimiento, así como siguió siendo hasta el final uno de los más controvertidos. Su actividad abarcó muchas partes del mundo, y también la dirección de una cantidad de diarios anarquistas italianos, incluido el cotidiano Umanità Nova (1920-22).
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